Es una serie de retratos en los que he invitado a personas a bailar para mi y fotografiarlos. La danza como forma de representación personal  y retrato. Cada invitado elige dónde bailar y cómo, pero no puede escuchar música, ha de servirse de sus propios recursos personales para desarrollar movimientos corporales. El resultado de todo el trabajo es un vídeo compuesto de animaciones al que se le incorporan cada vez más y más capítulos.

El trabajo no está terminado, y en lo posible, deseo que quede como una obra incompleta.